¡Por fin! Todavía no me lo creo, de verdad que no. Vale, os aclaro mi sorpresa. Ayer, mientras degustábamos un riquísimo arroz en paella preparado por mamá, ¡conseguimos que nos diera la receta! “Y, ¿qué mérito tiene eso?”, os preguntaréis, pues que nuestra madre se guía por su instinto – como, de hecho, os recomendamos…
