Llevaba un tiempo alejada del horno —entre el precio de la luz y la temperatura que hizo los meses pasados, no me apetecía mucho, la verdad—, pero mi cuerpo empezaba a pedirme pan, así que decidí meterme en harina (al cuerpo hay que darle lo que pide 😉 ). Rescaté la masa madre de Invernalia,…
